Hace 9 años, mi esposo David y yo decidimos dejar nuestra vida en París, Francia, en busca de un sueño, el deseo de otra vida en otro lugar. Queríamos construir una vida mejor para nuestra familia, rodeada de la naturaleza, libre de contaminación y estrés urbano, inmersa en la naturaleza.
Elegimos establecernos en Panamá, en Bocas del Toro, un lugar que cumplía con todos los requisitos de nuestra vida ideal. Muchos de ustedes lo saben: en 2014, tuvimos un pequeño hijo, Tiago, que desde entonces ha crecido en esta hermosa isla.
A medida que Tiago crecía, nos dimos cuenta de que no había un sistema educativo disponible en la isla que cumpliera con nuestras expectativas. Obviamente, la educación de calidad desde una edad temprana es una prioridad para nuestro hijo.
Nos preguntamos muchas veces: "¿Deberíamos dejar esta pequeña isla para encontrar un lugar con una mejor infraestructura escolar y una educación de mayor calidad que garantice a nuestro hijo las mejores bases y un mejor comienzo en la vida?"
Estábamos planteándonos esta pregunta cuando llegó la pandemia.
Al igual que los padres de todo el mundo, todos nuestros planes cambiaron. Nos concentramos en asegurar que Tiago pudiera continuar sus estudios.
Decidimos crear nuestra escuela en forma de una ONG panameña, lo que concuerda con nuestra filosofía: la educación de nuestros hijos debe ser un compromiso de calidad y no un negocio lucrativo.
En ese momento, fuimos contactados por una profesora que deseaba establecerse cerca de nosotros, y junto con otros padres que enfrentaban el mismo problema, decidimos embarcarnos en la loca aventura de crear una escuela francófona e internacionalmente acreditada en Bocas Del Toro, Panamá.
Con el apoyo de la Embajada de Francia y los cursos a distancia del Ministerio de Educación Nacional francés, rápidamente establecimos un programa acreditado para un pequeño grupo de niños, y pudimos mantener esta pequeña escuela incluso en los momentos más difíciles de la pandemia.
Nuestro mayor deseo era ofrecer una educación de calidad, impartida por profesores graduados de universidades internacionales, para que pudiéramos quedarnos en casa sin poner en riesgo la calidad de la educación y el futuro de nuestro hijo.
Con el tiempo, dedicamos todos nuestros ahorros a la creación de una escuela permanente en la isla y dedicamos nuestras vidas, tiempo y esfuerzos (sin remuneración) para respaldar este proyecto. Esto incluyó desde la búsqueda de un lugar, la inscripción de estudiantes, un presupuesto para pagar a los profesores (el equipo se amplió para ofrecer clases en inglés y español) y los gastos de alquiler y funcionamiento de la escuela.
Nuestra visión ha evolucionado con el tiempo: ofrecemos un programa académico acreditado y de calidad en tres idiomas, que incluye una ecoescuela donde la naturaleza que nos rodea también se utiliza como herramienta educativa.
La pandemia nos ha vuelto aún más conscientes de la importancia de la vida, del respeto por el planeta y de la necesidad de compartir todo esto con las generaciones futuras, no solo con habilidades académicas, sino también con herramientas humanas.
Lo hacemos enseñando el reciclaje, la permacultura, el respeto, la empatía, la humanidad, la generosidad y la convivencia...
Hemos creado un centro educativo participativo donde los padres son activos en la educación de sus hijos, donde la cooperación y el espíritu comunitario son una prioridad. Esto representa una inversión real en el futuro y la educación de nuestros hijos.
Esta visión ha seguido creciendo, y necesitamos a las personas adecuadas para seguir evolucionando. Hemos hecho muchos sacrificios para llegar hasta aquí, pero ha llegado el momento de obtener el apoyo de otras personas además de nosotros mismos para continuar el desarrollo y crecimiento de esta valiosa escuela.
Con el paso de los años, nuestro equipo ha crecido y hemos podido contratar a profesores internacionalmente calificados, con habilidades extraordinarias, y estamos orgullosos de haber elegido este proyecto.
Dejar de lado el "yo" para pensar de manera colectiva y humana nos brinda una gran satisfacción personal, aunque no siempre sea fácil en la vida diaria.
Aprendemos de nuestras experiencias, encuentros y errores. Estamos convencidos de que el futuro nos traerá encuentros con personas cuyos valores coinciden con los nuestros y con nuestra visión a largo plazo.
Hemos conocido a muchas personas maravillosas que cumplen con sus compromisos, lo que nos tranquiliza sobre el futuro del proyecto y nos alegra haber podido ofrecer una educación de calidad a nuestro hijo y a sus amigos.
Decidimos pensar en grande y, por lo tanto, invertir nuestros ahorros en la compra de un terreno hermoso y en la construcción de una nueva escuela capaz de recibir a más estudiantes en el mejor entorno.
Con alegría, inauguramos esta nueva estructura en septiembre de 2022.
También este año hemos decidido enriquecer nuestro proyecto educativo ofreciendo un plan de estudios estadounidense.
Juntos, estamos preparando grandes proyectos para el año 2024, y estaríamos encantados de compartir más detalles con usted.
No dude en ponerse en contacto con nosotros.
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